En el siglo pasado existía la creencia de que el bilingüismo representaba una desventaja y no una ventaja para el niño. Es a partir de los años 70 cuando esta posición se reinvindica y salen a flote las ventajas reales del crecer con dos o más idiomas. Entre las creencias de la vieja generación todavía se escuchan las siguientes afirmaciones:
Prejuicio: Niños no tienen una habilidad natural para los idiomas
Realidad: Desde el punto de vista fisiológico todos poseemos la capacidad de adquirir uno o más idiomás. Esto es posible con mayor facilidad en los primeros años de nuestra vida.
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Prejuicio: Niños que reciben una educación multilingüe hablan más tarde
Realidad: No es cierta la creencia de que los niños que escuchan varios idiomas hablan más tarde. Existen al igual que los niños que crecen con un idioma los que hablan primero y los que necesitan más tiempo para ello.
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Prejuicio: Niños que reciben una educación multilingüe desarrollan un tipo de personalidad determinada
Realidad: Asimismo no existe ningún patron fijo de personalidad, algunos son reservados otros extrovertidos, tampoco se ha comprobado que el aprendizaje de varios idiomas represente para el infante una carga o una traba.
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Prejuicio: Niños con limitaciones no pueden desarrollar capacidades bilingües o multilingües
Realidad: Niños con sindrome de Down u otras limitaciones pueden aprender varios idiomas aunque dentro del marco de sus limitaciones.
Muchas veces el hablar varios idiomas no es una excentricidad sino la única via de entenderse entre los miembros de una familia, no es una opción sino una necesidad en si misma.
Tip: No hay que olvidar que el idioma es sólo el instrumento que nos permite comunicarnos para satisfacer nuestras necesidades básicas y expresar nuestros sentimientos, asi como transmitir nuestras experiencias.
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