Contar y comunicarse

La segunda fase «Idioma para contar y comunicarse» oscila de 3 a 6 años y coincide con la etapa de preescolar del niño. Aquí el niño desarrolla su capacidad de contar y de entender. Se comunica con oraciones seguidas y cada vez más complejas. Al final de esta etapa el niño ha aumentado considerablemente su vocabulario y uso de estructuras gramaticales.

A los 3 años construyen sus primeras oraciones, entiende oraciones donde le damos ordenes o le pedimos que nos de o traiga algo, puede hacer preguntas y empieza a utilizar el pasado. Con 4 años habla casi como un adulto, puede contar experiencias, hacer gran variedad de preguntas, comienza con juegos de fantasía como “yo soy el doctor”, domina los pronombres personales, es capaz de conversar.

Entre los 5 y 6 años puede hablar en presente, pasado y futuro, puede explicar para que sirven las cosas, puede conversar de forma detallada sobre un tema y sus oraciones aumentan en complejidad.

Dado que el objetivo de esta fase es ampliar el vocabulario y reforzar la construcción de oraciones, se recomienda a los padres:

  • Motivar la conversación a través de preguntas sencillas, del hablarle constantemente y de la realización de actividades conjuntas
  • Tomarse el tiempo de contestar las preguntas del niño
  • Escuchar al niño con atención y estimularlo con halagos a seguir avanzando en el desarrollo del lenguaje
  • No mezclar idiomas cuando se hable al niño
  • Contarle historias y leerle cuentos
  • cantarle canciones
  • Ponerle música y películas
  • Jugar con el niño diferentes juegos de fantasía
  • Cocinar juntos
  • Utilizar cualquier situación normal del día como punto de conversación (ir al super, al parque etc…)

En esta etapa es importante estar atentos a anomalías como la disfemia (tartamudeo), dislalias, disglosias o disartrias. En caso de tener dudas acerca del correcto desarrollo lingüístico del niño lo más recomendable es visitar al pediatra y hacer controlar al menor. En algunos casos el pediatra puede recomendar la remisión a un otorrinolaringólogo o a un terapeuta del lenguaje.

La mezcla de los idiomas en esta fase del desarrollo del lenguaje no representa mayor problema. Sin embargo, hay que sentar las bases para que la mezcla de los idiomas no se vuelva rutina.

 

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